Una tarde de fiesta y despiporre

 El otro día estuvimos en una fiesta sorpresa a una tía mía, una de esas reuniones súper divertidas y entrañables, con risas y lágrimas, pero sobre todo con muchísima gente, la mayoría adultos. Por haber, había hasta coro rociero. ¡Me encantó!

La cara de las niñas era un poema. No habían visto algo así en su vida. Al principio pensé que iban a estar en modo tímido toda la tarde. 

Nada más lejos de la realidad. 5 o 6 sándwiches de Nocilla después... la cara había cambiado considerablemente...

¡Cómo se lo pasaron, madre mía! La fiesta era en una sala comunitaria de un piso, pero los niños (7 en total) se divirtieron como enanos fuera de la sala, sobre todo en la rampa para sillas de ruedas, carritos y demás, que ellos usaban como tobogán.

Creo que Tiziana no se lo había pasado mejor en su corta vida. Además, como normalmente soy de esas madres que no les dejan comer mucha guarrada y ese día se pusieron finas, pues tenían un subidón de azúcar que no os cuento jajaja

De los estilismos poco os puedo contar porque acabaron de esta guisa: descamisadas, sucias, sudorosas, despeinadas, tiradas por el suelo... jajaja 

Estaban desatadas. Aquí, Carlota pillada in fraganti con el dedo en la nariz y encima riéndose en mi cara. Lo que os digo: desatadas.

Un día os lo enseñaré como es debido pero llevaban unos pantaloncitos de César Blanco (¡escoceses, como no!!). Carlota, con blusa de Nanos, y Tiziana, de Casilda y Jimena. Ambas con pascualas verdes. Es la primera vez que le pongo pascualas a Tiziana y al principio andaba un poco pato pero esperemos que se vaya habituando. ¡Ah! y unos lacitos a juego que me hizo exprofeso María, de la tienda Miss Nubes donde hice el pedido. ¡Qué encanto!

Pero lo dicho, otro día os los enseño con todos los complementos como es debido y con la nueva sección de estilismos, que tengo varias ideas de posibles combinaciones.

¡Feliz semana!