El otoño se acerca discretamente pero yo sigo con mi repaso de las vacaciones en Italia. Hoy nos damos un paseo junto al lago...

(La subimos a una vespa y lo primero que hizo fue mirarse en el espejo. ¡Será coqueta...! jajajaja)
Se lo pasaron genial. Por raro que parezca, era la primera vez que veían un lago. Tenía patitos, nenúfares... les encantó.
Sólo faltó que pudieran bañarse. ¡Eso habría sido la repanocha!
Pero se conformaron con dar paseos y disfrutar de las vistas...
No sé qué tienen los lagos que transmiten inmediatamente una sensación de tranquilidad, de descanso, de serenidad... Este está preparado con todo tipo de facilidades alrededor: desde bancos para disfrutar de las vistas, hasta terracitas, heladerías artesanas...
... y, por supuesto, puentes que lo cruzan y lo hacen aún más romántico.
Aunque si os digo la verdad, creo que donde mejor se lo pasaron fue en los columpios...
En ese giratorio se pasaron media tarde.
La ropita ya la conocéis de otras veces: los vestidos son de La Quinta y los zapatos, de La Cadena.
¿Os ha gustado el paseo? Con este romántico destino nos despedimos hasta la próxima.
¡Feliz semana!